El sol es nuestra principal fuente de energía,
la misma llega en forma de ondas electromagnéticas después de experimentar considerables
interacciones con la atmósfera, “la energía solar que llega a la atmósfera
terrestre se llama irradiancia solar total”. (Cengel, 2003, p 586). La
distribución espectral de la radiación solar sobre el suelo cuya gráfica se ilustra en la
figura 2, muestra que la radiación sufre una atenuación considerable cuando
pasa por la atmósfera producto de la absorción y dispersión.
Del gráfico se tiene que la caída en la
distribución espectral de la radiación sobre la superficie de la Tierra se debe
a la absorción por los gases de oxígeno, ozono, agua y dióxido de carbono, la
absorción del vapor de agua y el dióxido de carbono están en la región del
infrarrojo, igualmente las partículas de polvo y otros contaminantes que se
encuentran en la atmósfera también absorben radiación solar.
“La superficie terrestre emite radiación
infrarroja, cuya longitud de onda es
mayor que la radiación solar incidente porque su temperatura es muy inferior a
la del sol”. (Rufes, 2010, p 32). La atmósfera, debido a determinados gases
retiene gran parte de esta energía infrarroja, fenómeno conocido como efecto
invernadero. La gráfica 3 es una representación simplificada de los flujos de
energía entre el espacio y la atmósfera y la superficie terrestre.
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